lunes, noviembre 02, 2009

Epifanías, Epitafios y Otras Drogas.

Este es un tema que me está costando muchísimo trabajo, y no sé por que. He soñado muchas veces que me muero y que me hacen un funeral, pero nunca me he fijado en lo que dice mi lápida. Sin embargo, dada mi condición de visitante frecuente a las salas de emergencia de los hospitales, se que yo moriré en uno. Si, así de sencillo, lo sé.

Es más, una vez estuve a minutos de terminar en la morgue. Todo sucedió hace unos diez años, aproximadamente, cuando después de haber sido picada por un alacrán me llevaron de urgencias al hospital regional de la ciudad. Yo ya le había asegurado a mi mamá que no tenía nada, que no estaba mareada ni tenía temperatura. El alacrán apenas me había rozado con su aguijón y el lugar de la picadura estaba morado pero no mucho.

Y aún con esto me llevaron. Entré y enseguida me pasaron a Urgencias, donde un "doctor" de alrededor de 25 años me metió a una camilla y me comenzaron a enchufar millones de agujas en los brazos.

"Hasta el momento no ha empeorado su estado y no muestra complicaciones" - Pues no, grandísimo imbécil! Si nunca las tuve! Perdí un día de clases (que en esas éocas era la gloria) y también una tarde de ver caricaturas (que en esas épocas era el infierno) de a gratis.

Pasé la tarde en una cama más tiesa que el piso, sin hacer nada más que ver al techo y hacer burbujas con mi propia baba (a las enfermeras les parecía asqueroso y a mi eso me hacía tan feliz), hasta que comencé a sudar, y es que hacía un calor infernal ahí, y yo que siempre he sido muy acalorada, con tantito sudo.

Pues las muy retrasadas enfermeras pensaron que era efecto del veneno y llamaron al negligente interno ese y dio paso a una de las experiencias más locas-mal viajadas de mi vida: me inyectaron Epinefrina.

Primero me dio muchísimo más calor del que ya tenía, después me derretí como manteca expuesta al Sol. Luego me dieron unos escalofríos seguidos peores que los que te dan cuando quieres ir a hacer pipí y te la aguantas por horas. Ni bien se me habían pasado los escalofríos, sentí que el techo se me venía abajo.

Era como si me hubieran metido diez lineas de coca seguidas, y no me refiero a las que venden en lata o botella. Me pusieron toda loca y poco me faltó para subirme a bailar al mostrador donde estaban las enfermeras echadas chismeando. Tuve mil y un visiones, e incluso una epifanía que se cumplió años después de esa tarde. Mi ritmo cardiaco aumentó (no recuerdo bien por que en ese entonces era una niña... y estaba drogada) y al parecer estuve cerca de un paro o de un derrame cerebral o algo así.

Para no hacerla larga: me sacaron, me llevaron a otro hospital, demandaron al hospital, ganamos y digamos que ya se lo que es estar cerca de la muerte por un pasón.

A todo esto, revisando la cantidadde veces y la frecuencia con la que voy al hospital y que no fue esa la única vez que me atiende un inepto, mi Epitafio, que ya lo había escuchado antes, tendría que decir más o menos algo así:



"En los cielos por la voluntad de Dios, y la ayuda de algún médico imbécil"



Que desventurado, difícil y peligroso es ser yo.

1 comentario:

Jacka [Killer Queen] dijo...

Morí de risa con tu epitafio ¡Aplausos! jajaja

Lo cuentas tan bien que uno no puede evitar reírse a pesar de lo terrible de la historia. No puedo creer que alguien sea TAN estúpido como para inyectar epinefrina así nada más =S Pero el mundo está lleno de estúpidos y a esos sí hay que tenerles miedo.

Espero que tu epitafio sea, al final, distinto, y que te mantengas alejada de los médicos ineptos.

Muchas salud para ti.