Nunca te quise. Es la verdad. No fui capaz de darte un simple "te quiero". No lo sentía justo. Simplemente no me nació.
Te aferraste a la tarea de arrancarme esas dos palabras de los labios, justo como me arrancaste varios besos y suspiros. Rebuscaste y revoloteaste en mis ojos sin resultado alguno. Enmarañaste mis ideas que se quedaron enredadas en mis humos de digna.
Tus manos se aventuraron en mi rostro y con la punta de tus dedos dibujaste un mapa que no ayudó a tu búsqueda. Y esa gota que bailaba sobre tu cuello, el sudor dulce de tu esfuerzo sin rencompensa.
Intentaste aturdirme con tu aroma, embriagarme de su frescura. Trataste que tus ojos de canela derritieran la barrera de mi voz que no permitía que mi alma te regalara esa frase que tanto anhelaste.
Lo siento. Realmente lamento que perdieras tanto tiempo conmigo. Pero no lo puedo evitar. Es que sencillamente no te quiero. Nunca te quize y nunca te voy a poder querer. Es lo único que me pediste durante todo este tiempo, y es exactamente lo único que no te puedo dar: mi querer. No es que no quiera, es que no puedo, repito, no puedo!
No soy capaz por que desde que nací ya sabía que no podría jamás. Por que antes de siquiera imaginarte, mucho antes de conocerte, ya te amaba tal y como eres.
No te quiero, deja de pedirmelo. No te quiero querer. Solo puedo amarte. Es todo lo que tengo, lo mejor que te puedo ofrecer.
1 comentario:
de lo mejor que haz escrito, de lo mejor que he leido (en todo el año) le doi las 2 naranjas verdes de aprobacion.
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