Ok, no, no te odio. No podría odiarte. Sería odiar a lo más sagrado. Lo intento pero no puedo. No quiero odiarte, no quiero tener esta mentira atravesada en la mente y en el pecho. No quiero seguir así. De verdad, me duele odiarte. Quizá más de lo que debería, quizá más de lo que me duele aceptar que no te odio.
No puedo odiarte por que sería traicionar la única inocencia en mi. No te odio por que fuiste la primera persona por la que lloré, y por que nunca podría hacerte sentir mal, ni desearte mal, ni hacerte mal. Perdón. No te odio. Qusiera poder dejarte, eso si, olvidarte. Quizá me gustaría que nunca hubieras nacido. Pero no te odio, no. Esa etapa ya quedó atrás.
Cuidate, toma muchos líquidos y vitamina C, usa un cubrebocas, o no salas mucho a la calle. Que me muero si te mueres.
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