viernes, diciembre 18, 2009

Cenar Fuera de Casa

La película terminó con una mala propuesta de matrimonio.

Salimos de la sala del cine más intrigados que molestos. Era increíble como esa mujer jugaba con las mentes de todos esos pobres adolescentes. Y mañana uno de ellos despertaría temprano pensando en que pronto se convertiría en uno más de nosotros... Simplemente me parecía estúpido que los humanos realmente pensaran que los vampiros "nacieran" así, de un contagio común, como una enfermedad corriente.

En cambio Damian estaba simplemente fascinado con el mar de inocencia que lo rodeaba. En sus ojos como fuego podía ver esa chispa alegre de curiosidad y diversión. Sus fosas nasales se inflaban extasiadas con los aromas de esos deliciosos jóvenes que se aglomeraban en la salida unos contra otros. Pude sentir la ansia de Damian cuando una niña frente a nosotros agitó su cabello largo y negro desplegando un exquisito olor a naranjas dulces, pero me impresionó al mantenerse calmado y seguir caminando junto a los demás humanos.

Pronto llegamos a un espacio más abierto y Damian se calmó por completo. De todas maneras no podía dejar de verlo con mirada preocupada. Un ataque aún dentro de la sala lo pude haber mantenido controlado. Pero aquí? Con tanta gente comprando entradas, palomitas, llegando y saliendo del cine, resultaba imposible, incluso para mi.

- Relájate - con voz estable y mirada firme Damian me demostró que todo estaba normal.

Volví a respirar solo después de verlo fijamente a los ojos y asegurarme de que era verdad. Esta noche eran de un carmín intenso, como no los había visto muchas veces en siglo y medio. Supe que un solo humano no bastaría esta noche. O quizá tendríamos que desaparecerlo por un par de noches y regresarlo confundido y sin memoria alguna a su casa más tarde.

Al contrario de lo que se dice en las películas, nosotros los vampiros no somos tan espantosos como nos pintan. Y con esto me refiero a que no andamos por la... vida? asesinando personas para alimentarnos ni convirtiéndonos en musarañas horrendas. No, nosotros a diferencia de otros seres, si tenemos honor. Somos una raza respetable y orgullosa.

En esto tiene razón uno de esos libros tontos, los vampiros no damos espectáculos. Nunca nos han podido fotografiar, capturar ni mucho menos matar. Todos esos supuestos vampiros quemados en la edad media? Algunos esquizofrénicos, inadaptados sociales o fotofóbicos. Simples confusiones. No somos para nada fáciles de localizar.

No, no brillamos en la luz del sol, ni causamos estruendo al chocar unos contra otros. Nuestra naturaleza es callada y discreta. Y esto nos facilita conseguir alimento.

Damian señaló con su dedo índice a la joven de melena negra que casi degollaba segundos atrás. Iba a resultar muy fácil enredarla, se veía a leguas el tipo de niña que era. También sería un problema pues se notaría su ausencia. Pero esa corriente sanguínea en su yugular se veía tan deliciosa y yo estaba tan hambrienta también...

Era más que obvio que Damian tendría que hacer el trabajo sucio. Implicaba las técnicas básicas. Seducción 101. Comenzó a avanzar lentamente hacia ella, antes de acercarse más me volteó a ver y me guiñó coqueto. Le devolví media sonrisa y dejé ver un colmillo reluciente como nacar. Un joven parado cerca de mi advirtió esto y me miró con ojos alarmados. Lo estudié con la mirada y retrocedí hasta una esquina oscura y alejada. Ahí esperaría la señal.

Observé casi inmovil todo el proceso de cazería. Damian era una verdadera máquina de seducción. Su cabello alborotado y negro como petróleo se agitaba con cada paso qeu daba. Enseguida comenzó a hablar con la presa. Sonreía y en ocasiones exactas tocaba su antebrazo firmemente pero gentil al mismo tiempo. Su voz era miel cálida y sus ojos eran armas letales. Pronto cayó rendida. Caminaron juntos hacia donde yo estaba recargada y me pasaron de largo sin voltearme a ver. La pobre niña pensó que Fernando (así se había puesto Damian para esta operación ya que su nombre era algo anticuado) me había botado por ella. Si claro.

Cuando pisaron el pavimento húmedo del estacionamiento me lancé tras ellos. En medio minuto me encontraba recargada en un pilar cercano a la pareja. Fernando ya tenía a Valeria (ese era su nombre) contra un pilar, su boca rozando su cuello al ritmo de sus labios que escupían palabras que no quise escuchar. Por un instante me imaginé mil maneras de matarla sin crear un vampiro nuevo. Me contuve, todo era parte del plan.

Di un paso "ruidoso" (para un vampiro) a propósito para que Valeria me escuchara y abriera los ojos. Al verme y darse cuenta de quien era quien los observaba una sonrisa burlona se dibujó en sus bonitos labios. Levantó una ceja de superioridad y habló. Error.

-Tu amiga está aquí.
- Hola Damian. - dije mientras me acercaba lentamente a ellos. La cena volteó a ver al vampiro que tenía sobre ella confundida.
-Damian?
- Perdón, "Fernando" te parece mejor? - Con una sonrisa dejé ver mis colmillos. - Ese nombre te gusta, no?

Los ojos de la cena eran una mezcla aguada de miedo, lágrimas y odio. Antes de que siquiera pudiera abrir la boca, Damian enterró sus colmillos en su yugular. El aroma que desprendió su sangre sobre su ropa combinado con el de la lluvia me enfermó de desesperación y sin más me lancé a ella.

Ambos perdimos el control y la noción del tiempo-espacio, aunque no corríamos riesgos pues nadie rondaba la zona. Solo una vez un carro pasó unas filas delante de nosotros. Con un movimiento invisible nos escondimos detrás de un pilar más alejado y sin iluminación. Ningún humano con sus débiles ojos podría vernos ahora. Succionamos hasta que secamos por completo el cuerpo de Valeria. Jamás había sido la intención, pero que se le podía hacer ahora? Volverla vampiro? Jamás!

Damian fue el último en dejar de succionar. Sin siquiera mirarme se levantó y la puso en sus hombros como si fuera un costal lleno de frijol o cualquier asquerosidad de alimento humano. Nosotros como vampiros natos nunca habíamos tenido que probar esa basura que deglutían tan ansiosos los hombres. Era repulsivo verlos comer.

El cuerpo de Valeria estuvo un día sin vida en nuestro departamento. A las cinco y veintiseis de la tarde del segundo día, sus dedos comenzaron a moverse, señal de que la transformación había terminado. Damian y yo entramos en silencio a la habitación donde la teníamos "descanzando". Sus grandes ojos una vez verdes eran ahora rojos como se habían visto los míos días atrás.

- ¿Qué pasó? - se sentó en la cama como un bebé curioso y se rascó la cabeza confusamente.

Damian dio un paso adelante, se sentó sobre la cama y pasó su brazo sobre la espalda de la recién creada. Su voz salió musical de su boca.

- Verás Valeria, lo que pasó fue que fuiste mordida por una pareja de vampiros muy, muy hambrientos.

Silencio. Después habló. -Entonces soy vampiro ahora?
-Así es, cariño - la suavidad de Damian me perturbaba.
- Y ahora que sigue? - el tono de Valeria era más exitado que preocupado o entristezido.
-Ahora - dijo Damian tocando la barbilla de la joven con su mano libre -tu mueres.

Y con un movimiento circular limpio le rompió la columna. Se levantó, arregló las mangas de su camisa y caminó hacia la puerta de la habitación dejando a la muerta sobre las sabanas nuevas. Antes de salir me dijo:

- Después del trabajo vengo a deshacerme del cuerpo. Te amo. - besó mi frente y salió.

Amaba a ese vampiro, pero muchas veces me desconcertaban sus maneras. Solo atiné a gritarle en una voz razonable para los humanos:

- La próxima vez yo escojo la cena, eh!

Y su risa resonó por todo el edificio.

martes, diciembre 01, 2009

Breakdown

Alcancé este punto donde ya me da lo mismo. La frustración y el enojo están aquí, lo suficientemente grandes para que me molesten, no tan pequeñas como para ignorarlas. El bloqueo es tan grande que ni puedo llorar, y eso ayudaría a sentrirme mejor.

El único consuelo que me queda es que pronto me voy a ir lejos y, aunque sea entre tareas , proyectos y estrés, tendre tiempo para mi. Yo sola con mis reflexiones y mis demonios.

Por lo tanto, tengo que soportar unos meses mas. Sé que se iran como agua pero a veces dudo si realmente soy tan fuerte.

lunes, noviembre 30, 2009

Confesiones de un Melón Atormentado

Este iba a ser originalmente un post muy largo, pero yo nunca he necesitado de muchas lineas para expresar mi enojo. Odio estar aquí. Solo unos meses más y me largo. Gracias al cielo por eso.

domingo, noviembre 22, 2009

Juegos Decembrinos

Había pasado tres horas en la peqeña sala de té con Abril. Intentó por cada medio posible sacarme lo que había dentro de ese sobre que me había dejado su difunto esposo Cerrado. Lástima que nisiquiera yo supiera de que trataba todo eso, me habría encantado que ella misma me diera pistas de que era lo que quería que hiciera. Traté de explicarle como pude que no había hablado con él sobre nada de nada en años, y que tampoco había tenido tiempo de abrir el maldito sobre que había dado vuelta a mi tranquila y ordenada vida.

-Pues yo no se nada más de lo que tu sabes, y si tu sabes algo que yo no sepa, te agradecería que lo dijeras. - mi voz ya era áspera y poco amable - Yo no pedí esto, ni el sobre ni nada. Sólo quiero regresar a casa con Andrés y los niños y seguir mi vida.

Abril levantó su delgada barbilla y me miró sobre su nariz. Por alguna razón tenía la sensación de que ella sabía algo que yo no. Y ella pensaba lo mismo de mi. Tomé mi abrigo del brazo del asiento y me puse de pie.

- A dónde vas?
- Tengo un vuelo que tomar en unas horas y me gustaría pasar tiempo con mis amigos, hace tiempo que no nos vemos, sabes? Funerales y cumpleaños los unen a todos.

Esa era una de las bromas bizarras de Cerrado. El costado me dolió con una punzada.

- Entonces no piensas decirme que hay dentro del sobre?
- Ya te lo dije, Abril, no sé nada y cuando lo averigüe, si aquí dentro dice que puedo,- mi mano agitando el sobre en el aire - con mucho gusto te lo diré.

Salí con tres grandes zancadas de la habitación. En el pasillo, sentados los tres en un pequeño sofá, Lietza, Mago y Felipe levantaron la vista al mismo tiempo. Me siguieron con sus miradas confundidas hasta el final del corredor y a la puerta. Me di media vuelta y los miré fijamente.

- Vienen o no? - Se pararon de golpe y corrieron hasta donde yo estaba.
-Y Andrés? - preguntó Felipe. Lietza y Mago ambas en sus celulares.
- En el hotel, él entiende.

Las calles estaban desiertas y cubiertas de una capa blanca de hielo y Navidad. El tablero del Mercedez de Mago, que Felipe manejaba agilmente, marcaba las 2: 27am del 22 de Diciembre. En el asiento delantero Mago dormía con la cabeza contra la ventanilla. Atrás, sentada a mi lado, Lietza mandaba mensajes de texto a su esposo que se encontraba con una sinfónica en Marruecos o algo así. Yo escuchaba música con los audifonos aislantes y el ipod en modo shuffle. El sobre cerrado descanzaba incandesente en mis rodillas. Podía oler las dudas de todos cocinandose en sus mentes, incluso en los sueños de Mago.

Felipe dijo algo que no pude esuchar. Bajé el volumen de la música y le repetí con voz ronca que lo repitiera. Volví a perderme sus palabras pero la mirada de Lietza sobre mi y sus ojos abiertos como platos me hicieron quitarme los audifonos. Vi mis propios ojos reflejados en el espejo retrovisor, mi mirada alarmada me devolvió un golpe. Mago había despertado ya. Algo andaba mal.

- Puedes repetirlo, por favor? - mi voz sonaba cautelosa y aunque sentí mis labios temblar, mis palabras se mantuvieron firmes.
- Nos están siguiendo.

Me di la vuelta sobre el asiento de piel para comprobarlo. A unos diez metros atrás de nosotros, con las luces apagadas, se distinguía la figura de un carro que avanzaba hacia nosotros. El alumbrado público dejaba ver destellos de la pintura roja del vehículo de nuestro persecutor.

"Ridículo!" pensé rabiosa, yo ya no estaba para estos juegos.




-Parte 2-

viernes, noviembre 13, 2009

Rehab

Por que si tu no me hubieras encontrado, yo te habría encontrado a ti.

Noviembre

Mis pies tocan el piso helado de la habitación, la lluvia golpetea insistente sobre laventana. Qué hora es? Las seis?  Meto la cabeza entre la palma de mis manos y aun en ellas puedo percebir tu aroma, como si hubiera sido ayer. Parece que es hoy.

Pero tu sombra dibujada sobre la pared no es más que mi imaginación. Siempre he sido como una niña. La luz de amanecer es débil como mi voluntad, y lastima los ojos como mi terquedad, pero no quiero que me vean así. Por que llevo ya cinco años interpretando un papel que me sale tan bien, nadie podría saber cuando me derrumbo y cuando llevo la máscara puesta.

Y si un día decido dejar de actuar mi personaje enterraré junto contigo. Yserá entonces cuando me de cuenta de que te he olvidado y que he dejado de buscarte en los ojos de todos los que conozco. Mientras tanto, Noviembre y su lloviznaconstante y sus mañanas agudas seguirán siendo siempre de ti.



lunes, noviembre 02, 2009

Uuy Que Miedo!

Son contadas las películas, y aún más las escenas, que me hacen sentir miedo. Por que para mi, una buena película de terror es una que no me deja dormir, que hace que me de miedo pararme al baño en la madrugada, que me haga brincar de mi asiento en el cine, que me de nauseas solo de acordarme. Y ese tipo de películas tiene mucho tiempo que se dejaron de hacer. Han habido algunas ultimamente que parecen prometedoras pero al final te dejan con un mal sabor de boca.

El cine de terror de hoy en día ya no es terror, ahora le llaman Terror a un asesino en serie, a un virus cagado, a zombies debiluchos, a un fantasmín que te mata por celular... y a un montón de estupideces más que ya se imaginarán y que no tiene caso mencionar aquí.

Ejemplo, la basofia más reciente que he visto fue [Rec2]. Completa porquería, punto. Pero bueno, no ha sido la peor del año, pues me debato interminablemente entre The Unborn y The Uninvited, y eso que la segunda ni la fui a ver, pero me imagino la tremenda basura que debe de haber sido.

Por el otro lado, han habido algunas sorpresas, sobre todo para mi, pues dos películas con títulos malísimos me han gustado (asustado) considerablemente. Lamentablement no pude conseguir las escenas exactas que más me atormentan dentro de mi memoria, pero si conseguí algunas bastante buenas y muy aproximadas.





La primera es Silent Hill, o Terror en Silent Hill. Basada en un video juego de video bastante peludo, cuando vi los posters en el cine pensé "otra vomitada más", y me quedé con esa idea hasta hace año y medio atrás cuando fui a visitar a mi prima a Monterrey y me animé a verla.

En si toda la película me dio cañangas, pero para mi, la peor parte de todas es cuando el wey del machetote agarra a una tipa afuera de la iglesia y le arranca toda la piel de un jalón. Yisuscraist! En ese momento retiré lo dicho y acogí a Silent Hill como una de las más asustadoras películas de los últimos años.



Pinches. Mames.


La segunda película con nombre de nena pero que me sacó un pe... susto, es The Amityville Horror, o Terror en Amityville. Recuerdo que mis amigos se reunieron un Halloween a verla, y yo por alguna razón no pude/quise ir. Años después, otra noche de Halloween, la pasaron en el canal Fox. Durante el zapping de madrugada me topé con ella recién comenzada y me dije a mi misma "No seas tan mamona y vamos a verla.."

Ni siquiera la terminé.

Todo iba a la perfección, cuando el niño va al muelle, cuando comienzan a escuchar ruidos en la casa, pero justo en la escena donde el papá y la mamá (no recuerdo los nombres) están teniedo relaciones, decidí apagar la televisón. Por qué? Pues por que el papá estaba bien concentrado en lo suyo, hasta con los ojos cerrados y en eso, cuando los abre, ve al pie de su cama a una niñita como ahorcándose con una cuerda a si misma. O al menos eso me pareció a mi a las 2 de la mañana, sin lentes y a oscuras. No sé de que maner impactó esa escena en mi mente que sentí un terror tremendo y desde entonces he vuelto a ver esa película.



Esta es la desgracia'a mocosa.


Ahora pasemos con dos clásicos del cine y de la literatura de terror. Ambos escritos por el maestro del horror, Stephen King, It y The Shining son dos de las películas que más me dan miedo.

Empezaré por It, o Eso en español. O Ça (se pronuncia "Sa"), en francés (que cagado nombre). Quiero aclarar primero que no le tengo miedo a los payasos, pero no soporto ver a este hombre. Damn you, Tim curry! Sin embargo debo aceptar que esta serie de películas de "Eso" si tienen mucho que ver con mi fobia hacia los globos. Si, lo confieso, le tengo pavor a los globos. No soporto que estén muy cerca de mi y odio cuando revientan. Pero, que tienen que ver Stephen King y Eso en esto? Pues que en la tercera película, justo al principio cuando los niños ya son mayores y están en una fiesta, comienzan a caer globos del techo. Globos rojos. Y cuando revientan, salpican sangre.

Que divertido, no!? También aclaro que tenía como, qué? 7u 8 años cuando vi esto? Claro que me dejó marcada!

Hay otra escena (y esta si la pude encontrar) donde el chistoso payaso sale de la coladera de la ducha y se jala a un niño por ese hoyito! Gosh! Saben cuantos años tardé en olvidarme de esa escena y tomar valor para bañarme cuando estaba sola en la casa!!?



Nunca volví a ser la misma.



Dejando atrás mis traumas infantiles, pasemos a The Shining, o El Resplandor. Dirigida por el legendario Stanley Kubrick y con la actuación de Jack Nicholson, desde el momento en qe vi la cara de loco quese cargaba supe que sería una buena película. Hay muchísimos mitosy realidades alrededor de esta producción. Se dice que Kubrick hacía que Nicholson repitiera la misma escena hasta 60 veces, para que así el cansancio del actor se transformara en su cara durante su actuación a locura.

Hay dos escenas que me matan de miedo, y las conseguí unidas! Haha, no sé por que, pero mejor para mi.





Speachless.


Las siguientes en la lista son el Exorcista I y el Exorcista III. Yo era muy niña cuando vi el Exorcista I por primera vez, y aunque nunca me dio miedo, siempre he tenido esa imagen de la niña muy grabada en mi mente. Tal vez muy en mi inconciente me asustó. Esta es una película que he visto millones de veces y probablemente seguiré viendo.

En cuanto a la tercera parte, nunca la he visto completa. De hecho, solo he visto el final, y eso una vez hace como 5 o 6 años, pero esa escena donde el padre Carras está en una celda y derepente se abre el piso dejando salir una cruz donde el mismo está crucificado y usando la corona de espinas nunca, repito, nunca se me va a olvidar.




"Dios no está hoy aquí, Merryl"

La última película que, aunque no es de terror, me hace tener sueñor muy muy bizarros cada que la veo es The Nightmare Before Christmas. Si, esa, la de Tim Burton. SI! la de Disney ¬¬ . Ay, qué si, carajo! La película esa de navidad que pasan en Disney Channel.

No es que me de miedo, para nada. Siempre me ha gustado muchísimo. Ese fue el primer videocasette que mis papás me compraron (si, ellos tienen la culpa de toooooodo). Pero supongo que la rareza de los muñequitos, como se mueven y el tema en sí, dejó huella en mi cerebrito. Siempre que la veo sueño rarito, dejémoslo así.



"Everybody scream! Everybody scream! In this town of Halloween!"



Entonces, como pueden ver, las cosas que me espantan varían muchísimo. Supongo que es por eso que es dificil encontrar una película que me de miedo. Apuesto que las escenas de las películas que a ustedes les asustan son más... bueno, mejor no.

Epifanías, Epitafios y Otras Drogas.

Este es un tema que me está costando muchísimo trabajo, y no sé por que. He soñado muchas veces que me muero y que me hacen un funeral, pero nunca me he fijado en lo que dice mi lápida. Sin embargo, dada mi condición de visitante frecuente a las salas de emergencia de los hospitales, se que yo moriré en uno. Si, así de sencillo, lo sé.

Es más, una vez estuve a minutos de terminar en la morgue. Todo sucedió hace unos diez años, aproximadamente, cuando después de haber sido picada por un alacrán me llevaron de urgencias al hospital regional de la ciudad. Yo ya le había asegurado a mi mamá que no tenía nada, que no estaba mareada ni tenía temperatura. El alacrán apenas me había rozado con su aguijón y el lugar de la picadura estaba morado pero no mucho.

Y aún con esto me llevaron. Entré y enseguida me pasaron a Urgencias, donde un "doctor" de alrededor de 25 años me metió a una camilla y me comenzaron a enchufar millones de agujas en los brazos.

"Hasta el momento no ha empeorado su estado y no muestra complicaciones" - Pues no, grandísimo imbécil! Si nunca las tuve! Perdí un día de clases (que en esas éocas era la gloria) y también una tarde de ver caricaturas (que en esas épocas era el infierno) de a gratis.

Pasé la tarde en una cama más tiesa que el piso, sin hacer nada más que ver al techo y hacer burbujas con mi propia baba (a las enfermeras les parecía asqueroso y a mi eso me hacía tan feliz), hasta que comencé a sudar, y es que hacía un calor infernal ahí, y yo que siempre he sido muy acalorada, con tantito sudo.

Pues las muy retrasadas enfermeras pensaron que era efecto del veneno y llamaron al negligente interno ese y dio paso a una de las experiencias más locas-mal viajadas de mi vida: me inyectaron Epinefrina.

Primero me dio muchísimo más calor del que ya tenía, después me derretí como manteca expuesta al Sol. Luego me dieron unos escalofríos seguidos peores que los que te dan cuando quieres ir a hacer pipí y te la aguantas por horas. Ni bien se me habían pasado los escalofríos, sentí que el techo se me venía abajo.

Era como si me hubieran metido diez lineas de coca seguidas, y no me refiero a las que venden en lata o botella. Me pusieron toda loca y poco me faltó para subirme a bailar al mostrador donde estaban las enfermeras echadas chismeando. Tuve mil y un visiones, e incluso una epifanía que se cumplió años después de esa tarde. Mi ritmo cardiaco aumentó (no recuerdo bien por que en ese entonces era una niña... y estaba drogada) y al parecer estuve cerca de un paro o de un derrame cerebral o algo así.

Para no hacerla larga: me sacaron, me llevaron a otro hospital, demandaron al hospital, ganamos y digamos que ya se lo que es estar cerca de la muerte por un pasón.

A todo esto, revisando la cantidadde veces y la frecuencia con la que voy al hospital y que no fue esa la única vez que me atiende un inepto, mi Epitafio, que ya lo había escuchado antes, tendría que decir más o menos algo así:



"En los cielos por la voluntad de Dios, y la ayuda de algún médico imbécil"



Que desventurado, difícil y peligroso es ser yo.

domingo, noviembre 01, 2009

Que digan que estoy dormida...


Qué hacer en mi funeral? Una de las preguntas que, como muchas otras en esta vida, me viene valiendo madres la respuesta. Por qué? Pues sencillamente porque yo ya no voy a estar aquí para molestarme o divertirme con los que asistan a mi último adios. Así es que muy bien podrían estar todos bailando y cantando o llorando inconsolables y yo ni me enteraría! Pero claro que hay algunas cosas que me gustaría que se hicieran ese día.

Cuando me muera, quiero que me cremen. Y mis cenizas van a algún bosque cerca del río Miramichi NB, Canadá, mi segundo hogar. De preferencia quiero que las esparzan en invierno, sobre la nieve. Y ahí quiero que me velen, o lo que sea que se haga cuando son cenizas.


No place like home.


Ese día debe de haber cerveza y pizza para todos! La mejor combinación en este mundo. Mucha para todos los que vayan, cuantas quieran. O unos deliciosos taquitos al pastor. Aunque pensándolo bien, todos estarán muriendo de frío, entonces deberían de ofrecer chocolate calientito y delicioso de TimHortons con unos Tim-bits que compren en la ciudad más cercana, nadie debe de trabajar ni esforzarse esa noche.


También sería genialísimo que dieran en la entrada de esos collares de Mardi Gras, los que son de colores y se regalan a las chicas que enseñan bubis. No sé si para obtenerlos tendrán que enseñar, pero quiero que los den.

Música, claro. Pero no me vayan a salir con la jaladita del mariachi, del cuarteto de cuerdas o la banda norteña. Ni merga, a mi me llevan una buena banda de rock, así bien kick ass. Yo sé que a Coldplay, MCR, Kings of Leon, Pearl Jam, Paramore o a los FooFighters les encantaría tocar en mi funeral. Sería muy bueno que N.E.R.D tocara mi himno "Everybody's Nose", así para poner el ambiente.


"y esta va para la Miff, por que dice que ya no me quiere..."


Bailar? Por supuesto! Bailar, brincar, slamear, moshear, gritar, saltar, lo que quieran.

Qué más? Qué más? Twitteros, bloggeros y todos mis amigos deben de estar ahí. Y si alguna persona random pasa por ahí y ve que está bueno el ambiente, también es bienvenido.

Otra cosa muy divertida qe siempre me ha encantado y que se puede hacer en la nieve es el slidding. Pero entonces tendrían que buscar una colina muy empinada y llevar trineos para deslizarse. Para que conocieran uno de mis pequeños y simples placeres.

También debe de haber alguien encargado de tomar muchas fotos, por que a mi me gusta tomar fotos, y aunque ya no las pudiera ver, me gustaría que hubiera registros de esa noche.




Y pues creo que eso es todo, no puedo decirles si quiero que lloren o rian ese día, ni siquiera sé si al final acudirá alguien de los que conozco ahora, pero quien sea que vaya, quiero que ponga el buen desmadre. Pero eso si, eh! Nada de Reggaetton!

sábado, octubre 31, 2009

And He Likes to Sing Along...

 En cuanto leí cual sería el segundo tema de la Semana Mortuoria, supe enseguida a quien le dedicaría este post. Fue más iluminación divina que inspiración propia... y el hecho de que mis ídolos están vivos... y que el suffle del ipod pusiera In Bloom. Si, estoy hablando de Kurt Donald Cobain Fradenburg.

Me pareció lo más lógico, aunque yo era muy joven cuando Nirvana tuvo su mayor auge, y de igual manera cuando Kurt falleció. Ya saben, yo no pertenesco a la llamada "Generación X" pues por mi año de nacimiento "encajo" en la "Generación Y". No entiendo muy bien que es eso... La cosa es que muy pocas veces he sentido una fascinación tan grande por una persona, y sé que no soy la única, pero yo no soy de obsesionarme con todas las estrellas de rock de moda. Mi admiración hacia Nirvana, específicamente hacia Kurt Cobain, tampoco tiene nada que ver con el hecho de que ahora cualquier puberto pedorro que esucucha música mierda como Panda u otra banducha de niñitas se siente bien punketo y cree que sabe de música por que sabe que Nirvana fue "...una banda de por allá de los 90".

Al tenerle tanto respeto, también me resulta un poco dificil pensar en que le gustaría que pusiera en su altar (es más, a Kurt le gustaría que le hiciera un altar?). Aún con esta duda, me atreveré a imaginarle uno. Con todo ese aire de misticismo y de ídolo indie que siempre tuvo, no me queda muy claro que podría poner en él, independientemente de las veladoras y todos los props.

Talvez lo principal sería una guitarra, obviamente no podría conseguir la suya, pero si podría ser una muy parecida, mismo color, misma marca. En lo más alto del altar, solo superada por su fotografía. Claro que la guitarra tendría cuerdas y claro que la dejaría afinada y lista para tocar.




Otra cosa que se me ocurre poner en su altar es una libreta en blanco, para que escriba lo que se le de la gana en su inspiración de ultratumba. Quizá podría terminar todas esas canciones que comenzó y que jamás conocimos, o seguir maravillandonos con su visión del mundo.




Una cajetilla de cigarros? Unas cervezas? Una hamburguesa? O una rebanada de pizza? Supongo que no le importaría mucho, así que pondría todo eso. Talvez dulces y alguna cosa más que se me atraviese por ahí.




Lo que sin duda me encantaría darle como ofrenda, y que no se si el hubiera estado muy de acuerdo,es un ipod. Cargado con toda la música de las bandas que el disfrutaba en verdad y sus propias canciones. Sé que quizá le parecería un poco exagerado pero sería un buen regalo, no?




"Música" nueva? No, ni de broma!

Que tal una colección de DVD's de las mejores películas de terror? Para que la vida en el más allá no sea tan aburrida y tenga de que asustarse de vez en cuando. Los mejores clásicos del cine de horror. Gore, Giallo, Thrillers... Todos los maestros del terror reunidos para él.




Fotografías, no solo de él, también de los good old times. Cuando Nirvana mandaba. Las imágenes son el cuerpo de su grandeza, la música es el alma.



Y por último, una veladora encendida, como recordatorio de que la grandeza de un hombre no radica en su fortuna, ni en su inteligencia, en su carisma ni en su simpatía, sino en su legado.











Live Fast, Die Young, Leave a Beautiful Corpse.

Nunca me he tomado muy en serio eso de morirse y no regresar jamás. He estado cerca de la muerte, la he visto actuar, sin embargo no alcanza a impactarme como a los demás. Claro que he tenido pérdidas, y personas muy cercanas a mi las han sufrido peores que yo, he estado con ellos, he sentido y he llorado. Pero sigo sin entender, sin comprender la naturaleza de irse y dejar a todos atrás. Supongo que es inútil intentar entenderlo a fondo, dudo que alguien lo haya hecho.

Tampoco ha sido un tema de mucho interés en mi vida, no paso noches sin dormir preguntándome a donde diablos vamos a dar una vez que nos declaran muertos. Si, es cierto que juego mucho con la muerte, hablo y me burlo de ella. Escribo aquí en mi blog historias de sepelios y testamentos, pero solo con fin de entretener y, más que nada, entretenerme a mi misma.

Sencillamente lo tomo de donde viene, todo en esta vida se debería tomar así. Y que irónico resulta que dos conceptos tan opuestos, tan antónimos, vayan siempre de la mano. Qué es la muerte? Qué es la vida? Cuándo se nos considera muertos? Cuándo es que uno realmente está vivo? Nacer es el comienzo de la vida? Morir es el comienzo de la muerte, o es el fin de la vida? Quizá es solo una extensión de la vida. Una vida más espiritual, menos interesada, ligera. Esto si se los pregunto, y no por que me interese saberlo, simplemente por que he visto muertos más alegres que muchos vivos que conozco. Y hay vivos que en verdad no deberían partir...

Hace poco una persona me dijo "Nadie debería morir". Y nunca pude estar más de acuerdo y en desacuerdo con alguien al mismo tiempo. Como ya expresé arriba, hay personas que nunca deberían dejar de ser. Pero, si así fuera, como sabríamos de su grandeza? Por que, seamos sinceros, y aunque sea un cliché, nadie sabe lo que tiene hasta que lo pierde. Yo soy de la idea de que extrañar es aceptar que alguien se ha ido, y si se extraña, siempre se piensa en esa persona. Y al recordar a una persona, se recuerdan los mejores momentos, las mejores cualidades. Así vemos siempre su grandeza.

Yo no soy quien para decir si alguien merece morir, pero honestamente, nosotros mismos sabemos quien vive para bien y quien para joder a los demás. Nosotros mismos sabemos la vida que llevamos y conocemos lo merecido.

Todo se reduce a como vivimos. De acuerdo a esto, encontraremos el como moriremos. En lo personal, he estado en situaciones "peligrosas", por así llamarles, pues en esta vida ya nadie sabe si es más peligroso vivir o morir y ya, y en todas esas veces he estado satisfecha. No es que ya desee morir y claro que existen aún muchísimas cosas que me encantarían hacer, lugares por ver, personas por conocer, cosas por escribir, gente por besar. Aún hay gran parte del mundo que no me he comido. Pero si he estado firme ante el umbral del fin de la vida y regresado por circunstancias distintas, no he tenido remordimientos. Quizá dudas, preguntas sobre lo que me espera, de que pasará después de que me haya ido.

A la muerte no se le debe temer. Debe existir sin embargo una conciencia clara y personal del concepto individual de esta. El mio, y siempre lo dejo en claro, es vivir rápido, disfrutar. Por que no vaya a ser que me muera joven, sin haber sentido, sin haber vivido. Prefiero morir joven y conocedora. Y si así es, seré un cadáver lleno de vida.



lunes, octubre 26, 2009

Laugh Out Loud

Entras a la habitación como si nada, caminando de puntitas para no despertarme. Como si no supiera ya que has llegado tarde, como si no pudiera olerte desde la puerta de entrada, ese aroma hediondo e insoportable que arrastras como una sombra. Te acurrucas a mi lado y tu cuerpo helado se encaja en el mío. Siento la asimetría de nuestra unión, la siento desde hace tanto.

Te repegas a mi espalda y tus hombros son ahora como una jaula protectora. Barrotes fríos y nada más. Por que ahora no eres más que eso, una figura helada sentada como estatua a un lado de la cama. Un asiento vació en el carro, un plato faltante en el comedor. La fuerza de tu abrazo no refleja la realidad. Ya no eres. Ya no somos. Fuimos pero no seremos.

Qué fui yo para ti? Tu soporte, tu amiga, tu verdad? Para mi eras todo y ya. Pero mirame ahora, yo sigo siendo quien siempre fui. Tu simplemente desapareciste.

Piensas que estoy dormida, y te quedas quieto, en silencio respirando junto a mi cuello, pretendiendo que duermes. Pero yo sé que no, por que yo si sé, siempre supe. Te conocí alguna vez, aparentas tranquilidad cuando por dentro te derrumbas. Por que cuando temiste yo te rescaté y cuando te desplomaste yo te atrapé. Y si reiste, yo reí. Si lloraste, yo te hice reir.

Esa es la verdad, eso es lo que soy. Siempre fui eso para ti, tu payaso. Quien te hacía la vida más fácil, más alegre, chistosa. Apoyándote en mi para salir del hueco, descargando en mi tus frustraciones y tu enojo. Y el triste payaso que trata y trata, pero siempre será eso: bufón.

Recargas tu cabeza en mi almohada y siento como mi cabello se jala debajo de tu peso. Concientemente me volteo dándote aún más la espalda. Ya sentiste el invierno? Ya te diste cuenta de que no estoy dormida? Puedes sentir mi piel erizada más de coraje que de frío? Los hombros tiesos como a la defensiva. Ya no bajo mi guardia.

Buscate otro payaso que te sirva de peón. Yo con mis gracias me voy muy lejos a buscare otro tirano, que al fin eso soy, no? Un bufón?

sábado, octubre 24, 2009

?

- Lo sentiste? Cómo era!?
- Suave... pero fuerte, intenso. Como dagas en mi espalda. Un cosquilleo en la nuca... y después escalofríos, uno tras otro.
- Y la piel, que con la piel!?
- Cada roce era como ácido en mis manos.
- Es mentira...
- No! Yo tampoco lo creia.. pero si pasó. Lo sé, ustedes lo vieron. Incluso hay fotos!
-Y el video...
- Que ya debe de estar en Internet...
- Lo sé! Ni lo digan... Que haré con eso!?
- Nada! Disfrutar la fama.
- Porfavor! Esos videos no dan fama!
- Pues hay cada porquería en Youtube que hace famosos a las personas, por que a ti no!?
- Por que no! Es estúpido.
- Y a todo esto, donde lo encontraste?
- En el centro comercial...
- Y dónde aprendió a hacer esas cosas!? Eso que hace... yo quiero aprenderlo!
- Yo se lo enseñé. Aprendió rápido.
- Maestra!
- Pero como dices que se llama?
- Champiñon. Es un Pug.
- Que lindo nombre! Me dejas cargarlo?

miércoles, julio 29, 2009

Sobre Cerrado

Esta es la primera parte de esta historia. Después del funeral de Cerrado me vi obligada a asistir a un citatoro. Me gustaría aclarar primero que mi intención no fue ofender la memoria de mi amigo ni a su familia, simplemente considero la herencia innecesaria, aunque bastante útil al final.


Recién cumplía la hora 73 sin dormir. Mi cabello estaba enredado y comenzaba a dolerme la cabeza. Los párpados me pesaban y la vista se me nublaba. Me paré del sillón por la vigésima vez en la última hora y dí mi recorrido habitual alrededor de la pequeña biblioteca. Los libros cubrían las paredes sobre estantes que iban desde el piso hasta el techo. Solo la puerta estaba libre de ellos. Del techo colgaba una lámpara de cristal color verde botella, aunque para leer solo se necesitaban las lamparitas de las dos mesas que descanzaban a los lados de dos sillones de terciopelo rojo.

Esta era una habitación tan... tan kitsh. Nunca pensé que Cerrado tuviese algo así en su casa. Paseé la vista cansada sobre los lomos de los libros, leyendo sus títulos y autores. Por las apariencias de sus pastas concluí que los de los estantes más altos eran los más viejos. En algunos de ellos las diminutas letras doradas ya habían casi desaparecido. En una inspección rápida que realicé durante esos días alcancé a ver nombres como Goethe, Niethze, y algunas cosas en una lengua que supuse era Latín. No sabía que Rafael hablaba Latín.

Y me di cuenta entonces de que habían muchas cosas que no sabía de él. Otra punzada golpeó mi estómago, pero ya me estaba acostumbrando a ellas. Sentí un gran remordimiento y la tristeza me invadió de nuevo. Me dejé caer en el sillón más alejado a la puerta mientras la conciencia me devoraba viva.

Alguien entró de golpe a la habitación.

- Ya es hora. - Felipe tenía la misma apariencia de haber pasado tres días sin dormir. - Lietza y Mago ya bajaron, solo te estamos esperando a ti.

- Lo siento, enseguida bajo...

- Mas te vale que pronto, Abril se esta impacientando... Llevas dos horas aquí dentro y...

- ¿¡Dos!? ¿Qué hora es? ¿Es muy tarde?

- Llevas hora y media de retraso para la lectura del testamento...

Ni bien terminó su oración yo ya me encontraba escaleras abajo. No era que me entusiasmara mucho la idea de la herencia, simplemente quería acabar con todo eso y regresar a casa. Entré al comedor. Era tan elegante como toda la casa. El piso era de madera oscura y la mesa y sillas también. En una esquina había fuego encendido en una chimenea. El papel tapiz color turquesa me recordó a una casita de chocolate. La imagen se acabó cuando me percaté de las miradas de los demás.

A la izquierda, con los ojos aún llorosos, estaba sentada Mago. Aún traía su traje de mujer de negocios y enfrente de ella sobre la mesa estaba su celular apagado. Del otro lado de la mesa estaba Lietza, con su típica mirada de perrito perdido, viendome fijamente. A la izquierda de Mago estaba un hombre de barriga prominente y bigote abundante. Frente a el, un hombre extremadamente delgado, calvo, y con la apariencia de un chile seco o de una rama marchita, dormitaba con ronquidos pequeños. Recargada sobre la pared detrás de este, estaba Betty. Sus ojos fueron los únicos amables al verme entrar. Ismael simplemente me miró y regresó la vista al piso. Tres individuos apelmasados hombro con hombro en una esquina no voltearon. Brian, Héctor y Nacho.

Y al final de la mesa, justo frente a mi, con su profunda mirada desafiante, estaba Abril. Su cabello negro caía ligéramente sobre sus hombros como un velo, un detalle fúnebre bastante exquisito. Su piel blanca como porcelana contrastaba con la habitación. Tuve la loca idea de que toda la casa estaba decorada para que combinara con ella.

- Que bien que decidiste acompañarnos - su sonrisa gentil tenía un toque ligero de sarcasmo.

- Lo siento...- no se me ocurría una buena excusa - La biblioteca te absorbe, ya sabes...

Un fuerte ronquido salió desde lo profuno del hombre anciano y Betty le dio un codazo. El hombre bigotón se aclaró la voz con una tos seca, esperó a que Felipe tomara asiento. Me dedicó un movimiento con la cabeza.

- Así estoy bien, gracias.

Entonces habló.

- Ahora que están presentes todos los mencionados en el documento, comenzaré con la lectura de la última voluntad del señor Rafael Bautista. - Volvió a toser, solo para darse importancia - "Yo, Rafael Alejandro Bautista Vera, en pleno uso de mis facultades mentales, expreso en el presente las indicaciones para como deseo mis bienes sean entregados a las personas mencionadas a continuación:

- "Para Mago, nunca te lo dije en persona, pero te quiero. Por esto, a ti te dejo mi colección de novelas románticas y mis figuras de latón. No es mucho pero es bastante.

Y Mago soltó un fuerte chillido desde su silla. Felipe se estiró para poner una mano sobre su hombro.

- "Ismael, mi hermano y amigo. Nadie nunca me transmitió tanta sabiduría sobre la vida como lo hiciste tu. Entendías de temas complicados que ni la filosofía alcanzaba a estudiar. Para ti son mis discos de música, todos mis habanos, puros y cigarros, el contenido de la licorera y mi Bentley. Solo tu sabrás darles buen uso.

Ismael asintió dos veces.

- "Héctor, nigún catedrático de universidad jamás ha visto la filosofía y el universo como tú, y por eso te estaré eternamente agradecido. Dile al hombre que esta leyendo esto que te entregue todos mis libros de filosofía, incluyendo mis propios escritos sobre el tema. Haz que los publiquen. Que las ganacias de esos libros sean para ti.

Héctor no se movió ni un centímetro.

- "Betty. Mi adorada hermanita. No sabes como me duele no estar ahí para ti, pero lo que si sabes es lo mucho que te quise y que siepre estaré contigo en alma, es decir, si es que existe. Para ti es el 15% de las ganacias que generen mis obras y el departamento del DF. Te amo muchísimo.

Delgados hilos color plata se deslizaron por las mejillas de Betty. Su bonito rostro brillaba con la luz del candelabro.

- "Lietza. Lietza, Lietza. Tuyos son mi motocicleta, mi equipo para esquiar, la moto de agua y el teatro en casa. Sé que son cosa materiales y que al final no sirven de nada, pero estoy seguro de que te traerán mucha felicidad. Te extrañaré.

Lietza, para mi sorpresa, sollozó y después sonrió.

- "Para Nacho son mis video juegos y consolas. Todos. Mis libros de historia y las pinturas de mi estudio. Para un amigo tan especial como tu, mi muerte es solo una antesala a una fiesta mejor.

Nacho se puso de pie y se acercó a la silla de Abril. Ella tomó su mano en un gesto de solidaridad y Nacho se recargó cerca de una ventana.

- "Después de tantos años, una sola plática bastó para retomar nuestra amistad. Felipe, son tuyos mis libros de Ciencia Ficción, mi colección de DVDs y mi rifle. No mates a nadie, por favor. Y ya no bailes Personal Jesus.

Felipe sonrió sarcásticamente ante la broma post-mortem de Cerrado, pero en sus ojos había tristeza y felicidad, de recordar tiempor mejores,al mismo tiempo.

- "Brian, te regalo los discos de Joaquín Sabina. Son los únicos que Ismael no tendrá, los quemaría o algo por el estilo. Son tuyos también todos y cada uno de mis trajes. Spongo que te quedarán pues somos de la misma talla, a menos de que hayas engordado después de mi funeral. Además son de buena marca, Abril los escogió ella misma. Cuidate mucho.

Brian no dijo nada ni expresó nada en su rostro.

- "Oscar, a ti te confío el manejo de mis acciones de periódicos, revistas, editoriales y de la bolsa y de los derechos de mis obras. No es mucho, pero sé que no dejarás a mi familia desamparada y que eres la persona indicada para esto. En un mundo tan cruel, fuiste de los pocos sobe los que siempre pude descanzar mis preocupaciones.

El hombre anciano y delgado asintió debilmente, luchando para no quedarse dormido de nuevo.

Un escalofrío recorrió mi nuca. Debía seguir yo. Seguramente su esposa sería la última.

- "Marie, mi abogado te entregará un sobre con instrucciones precisas. - el hombre estiró una mano con un sobre largo y grueso y lo tomé temblando - "Te pido seguirlas. También dejo en tus manos mi sitio de internet y mi blog. Escribe algo "lacrimógeno" sobre mi ahí. He arreglado todo para que al morir yo, tu heredes mi columna en el periódico, tu sabes cual. Si no deseas seguir con ella, te pido qe llames al editor y le comuniques esto. Mis libros de García Marquez son tuyos. Una clausula no me alcanza para decirte cuanto te voy a etrañar. Gracias por todo.

De repente sentí como si ácido estuviera saliendo detrás de mis globos oculares. Una sensación de calor inundó mi cara, y el resto de mi cuerpo se quedó helado. En ese momento no pensé en el sobre, aunque podía sentir la densidad el ambiente ante la mención de él. Los ojos que más quemaban sobre mieran los de Abril.

- "Abril, mi dulce y amada Abril. Para ti y para nuestra hija es todo lo demás no mencionado aquí. Absolutamente todo, el resto de las ganacias y carros, propiedades y demás bienes. Si en alguna ocasión, sin ofender a Oscar, considers inapropiado el manejo de las acciones, te concedo el poder para hacerte cargo tu misma. Tu y Abril son lo único que me llevo en el corazón. Su memoria permanece siempre en mi mente, mis dos grandes amores. Las amo. Perdón."

Lágrimas silenciosas y solemnes cayeron por las mejillas ligeramente sonrojadas de Abril. A pesar de que sabía que no tenía nada que ver con la muerte de su esposo, no pude evitar sentirme culpable.

- Así concluye el testamento. - el bigotón se puso de pie - En unos días más recibiran sus bienes, o bien, citatorios individuales para arreglar el papeleo de las demás propiedades.

Con esto, Abril se puso de pie y los demás detrás de ella. Cada uno salió de la habitación uno por uno. Héctor, Nacho y Brian buscaron una esquina para pararse con ese aire de bándalos que tenían.

Lietza y Mago caminaron conmigo y con Felipe hasta la biblioteca. Cerramos la puerta detrás de nosotros. Felipe parado a un lado como un centinela. Lietza en un sillón, Mago en otro y yo en la pared del fondo, pasando los dedos sobre libros viejos.

- ¿Qué fue eso? - Felipe fue el primero en explotar.

- ¿Qué?

- ¡Eso! Tu herencia. El blog, la página, la columna, los libros. ¡El sobre!- Lietza manoteaba incontrolable. - ¡¿Qué diablos con el sobre!?

Mago dijo algo que no entendí.

Metí la mano al bolsillo de la gabardina. El sobre quemaba sobre mi mano por la curiosidad que este me causaba. Pensé en abrirlo y acabar con el misterio. Estuve a punto de hacerlo cuando me detuve. Talvez Cerrado quería que lo leyera sola, lo que fuese que estaba dentro. Quizá era algo muy importante. Algo muy secreto...

- ¿Entonces lo abres o qué? - Felipe dio un paso hacia mi.

- Lo siento, no puedo. Esto es algo que él dejó para mi y supongo que yo debo solucionarlo.

Al ver sus rostros llenos de frustración, decepción, enojo y tristeza, salí casi corriendo del lugar, cerrando de un golpe la puerta detrás de mi. De todas las cosas que Rafael tenía en su tan bien decorada casa, me había heredado un papel con misterios dentro. Me habría conformado con los libros. ¡O con nada! Nada material podría reemplazar a mi amigo.

Corrí al baño a lavarme la cara y al salir,me topé frente a frente con la persona que menos quería ver en ese instante.

- Necesitamos hablar- Abril se paró casi sobre mi. La voz temblando. Nunca la había visto así.


-Parte1-

domingo, julio 12, 2009

Tear You Apart

Got a big plan, this mindset maybe its right
At the right place and right time, maybe tonight
And the whisper or handshake sending a sign
Wanna make out and kiss hard, wait nevermind

Late night, and passing, mention it flipped her
Best friend, who knows saying maybe it slipped
But the slip turns to terror and a crush to light
When she walked in, he throws up, believe it's the fright

Its cute in a way, till you cannot speak
And you leave to have a cigarette, your knees get weak
An escape is just a nod and a casual wave
Obsessed about it, heavy for the next two days

It's only just a crush, it'll go away
It's just like all the others it'll go away
Or maybe this is danger and you just don't know
You pray it all away but it continues to grow

I want to hold you close
Skin pressed against me tight
Lie still, and close your eyes girl
So lovely, it feels so right
I want to hold you close
Soft breasts, beating heart
As I whisper in your ear
I want to f*cking tear you apart

Then he walked up and told her, thinking that he'd passed
And they talked and looked away a lot, doing the dance
Her hand brushed up against his, she left it there
Told him how she felt and then they locked in a stare

They took a step back, thought about it, what should they do
Cause theres always repercussions when you're dating in school
But their lips met, and reservations started to pass
Whether this was just an evening or a thing that would last

Either way he wanted her and this was bad
He wanted to do things to her it was making him crazy
Now a little crush turned into a like
And now he wants to grab her by the hair and tell her

I want to hold you close
Skin pressed against me tight
Lie still, and close your eyes girl
So lovely, it feels so right
I want to hold you close
Soft breasts, beating heart
As I whisper in your ear
I want to f*cking tear you apart

jueves, julio 09, 2009

Sueños de Pueblo: One to Go!

Desde niña siempre he querido dedicarme a la publicidad. Punto. No hay más. Nunca lo hubo. Y no se de donde saqué esa idea extraña de querer dedicar mi vida a buscar una manera de venderle cosas a la gente. Supongo que es la sensación de tener el poder de llegar a millones de personas y de alguna manera tener poder sobre sus desiciones y preferencias.

Nunca quise ser astronauta, ni maestra, ni como las otras niñas tontas de mi grado que morían por ser mamás. Por mi mente en ningún momento se cruzó la idea de ser abogada o bombero, o mujer policía. Siempre he tenido una idea clara de lo que quiero, que haré para llegar a ello y como lo haré.

En la primaria, cuando todos jugaban a los policias o a el doctor y la paciente, yo jugaba a hacer comerciales. Ya se imaginarán...

A donde quiero llegar con todo esto es que, en mi vida, solo he tenido otro sueño de pueblo: que algún día publicaran en Recolectivo algún post mío. Incluso me he puesto a imaginar como se vería mi foto entre las otras 13 de los autores permanentes del blog... Haha! Como una puberta imaginándose en una foto de revista al lado de un actor de moda. Y aunque sé que no doy la talla para estar permanentemente entre ellos, pues... Se vale soñar, no?

Hoy, y me alegro al escribirlo, esto se ha cumplido. No como autora permanente del blog, pero como invitada. Y eso, para mi, es como haber cumplido una de las metas que me he puesto. Espero que no sea el último y no dejaré de intentar. Cruzo los dedos por que no se harten de mi.

martes, junio 30, 2009

La Chingada y a La Chingada

Entró a su recamara casi con miedo, temiendo encontrar lo que sabía que encontraría. Desde que había abierto la puerta de entrada percibió en el aire el aroma de lo incorrecto. Sabía que algo malo estaba en su casa y aún así se aventuró a la cocina. Nada, pero el olor se intensificaba conforme avanzaba en la vivienda.

Puso su mano sobre el pasamanos de cedro reluciente y subió las escaleras como si se tratasen de olas gigantescas ahogándola en lo profundo de su negación. En su cabeza la idea venía dando vueltas desde hacían ya semanas. Lo supo la noche que llegaron juntos de esa cena de quien-sabe-que hombre importante en el gobierno.



"Otro cerdo burócrata que engaña a su mujer" su esposo le había dicho mientras se alistaban para la noche. Ella soltó una carcajada como de perro cansado y se miró al espejo. Frente a ella se paraba una mujer de cincunta y cuatro años, que facilmente se podía confundir con una de sesenta. La piel desvanecida como lluvia de otoño, los párpados morados más de cansancio que de los golpes de la vida. Su cuerpo ya no era el de una joven de treinta años. Ahora sentía el peso de sus años retumbar bajo sus pasos como si fuese un elefante anciano y gordo.

Gorda. Así se veía en el espejo. Con ese vestido azul turquesa que combinaba muy bien con sus ojos pero no ayudaba a su piel grisacea. Era como ver a un mueble viejo y empolvado cubierto con un pedazo gigante de tela azul. Las cuentas en el cuello eran para atraer la atención hacia su rostro y no hacia su cuerpo. O al menos eso le había dicho el hombre de la tienda.

Llegaron al lugar en el lujo de la noche que solo el amor te concede. En el camino había olvidado sus complejos y había tomado de la mano al hombre sentado a su lado. Puso su cabeza sobre su pecho aún fuerte a pesar de la edad y dejó que la respiración pausada y marrón de su esposo la calmara. Era como una niña cada que lo veía a los ojos.

La cena pasó normal. Charlaron, él con los altos funcionarios. Ella con sus esposas. Comieron y bebieron hasta que llegó la hora de despedirse. Subieron al carro y la oscuridad los arrastró de vuelta a su hogar.



Suspiró profundo. A mitad de las escaleras, el hedor a equivocación la mareó como una bofetada. Alcanzó el último escalón y la brisa insufrible que emanaba el segundo piso era ya letal. Como un ave voló directo hasta su habitación y abrió la puerta.



Su esposo se quitó la corbata de un jalón, arrojó los sapatos a un lado de la cama y el resto de su ropa a un cesto en el vestidor. No se molestó en quitarse la playera sin mangas y así se metió a la cama. Ella lo alcanzó un segundo más tarde y se acurrucó detrás de él. Comenzó a besar sus hombros. El se sacudió su cariño con la excusa de estar muy agotado y apagó la lampara de noche. Ella abrió la boca para protestar, pero mejor no dijo nada. Lo dejó por la paz y se volvió a acomodar encajando su figura perfectamente con la suya. Descansó su cabeza sobre su almohada, cerca de su cuello, y fue cuando lo percibió.

El olor era extraño. No era comida, no era cigarro. No era alcohol. No era colonia de afeitar ni loción. En definitiva no era su perfume. Era un aroma penetrante, molesto, perturbador. Era la escencia del desorden, de lo imposible, de lo que no puede pasar. Desde entonces lo supo.



Su expresión no cambió ni un poco cuando porfin vio lo que causaba ese hedor nefasto. Se quedó parada bajo el arco de la puerta unos segundos. Contemplando la escena de sucio amor clandestino entre su esposo y una rubia de senos firmes y caderas angostas. En su mente solo había una cosa: detener el perfume. La acosaba desde aquella noche. No era suficiente con apoderarse de su marido, el aroma ahora estaba en su comida, en su carro, incluso en su propia ropa. Era inmundo, insoportable.

Metió la mano a su abrigo inmaculadamente blanco y sacó de él el revolver nueve milímetros que había comprado esa tarde. Quitó el seguro y levantó el brazo derecho firmemente, como lo había visto en las películas un millon de veces.

Lo último que la rubia sintió sobre ella fue el peso muerto del cuerpo ensangrentado antes de recibir el tiro de gracia en la sien.

Con la mano temblando como nunca y con el corazón firme, puso el cañon del revolver bajo su mentón y cerró los ojos. El olor se había ido para siempre.

sábado, junio 27, 2009

The Best I Ever Had Is Just a Memory

Me sentaba en el escalón de la puerta todos los miercoles por la noche a esperarte a que salieras. Ese era el mejor día por que mis papás pasaban tarde por mi... Y bueno, por ti a veces ni pasaban. Platicábamos de quien-sabe-que cosas y tonterías de niños. Pero eran esas mis tontería favoritas.

Recuerdo dos torneo en especial. En el primero, me pediste un beso en la mejilla a cambio de mi puerquito de la suerte. Y después intentaste el viejo truco de "tienes algo en el ojo" pero como era tan torpe y yo tan inocente no te salió muy bien. También ese mismo día jugando te dejé de hablar y enseguida corriste a pedir disculpas. No pasó mas ayá de un: "mugroso!" y de un empujón. Y luego con los demás al terminar, pudiendo irte con tus amigos o con otras niñas, me buscaste a mi. Tú el inquieto hablador niño larguircuho y yo la seria sarcastica niña burlona.

Desde entonces los dos supimos.

El segundo torneo todos se salieron y tu te quedaste conmigo por que yo no podía ir. Y me acompañaste a la tiendita a pesar del calor y de que nos prohibieron salir del hotel. Cuando me lastimé en la tarde entrenando, tu llamaste al médico y me dijiste: "te estoy agarrando la mano" cuando me inyectaron por que tu bien sabías lo mucho que odio las inyecciones.

Cuando tu competiste, estuve apoyandote siempre. Y cuando perdiste, te levanté y te reiste. Cuando yo competí. eras el primero que se veía entre la gente. Y tu voz sonaba más fuerte entre el difuso borron de gritos.

Si, perdí. Pero me levantaste. Yo me puse a llorar, pero tu me sonreiste y me diste de tu CarlosV. Siempre tenías una sonrisa para ambos.

Después fue esa fiesta gigante. De nuestras primeras fiestas de Quince Años. Lo recuerdo muy bien por que tu eras chambelán y otro de los chambelanes te había dicho que quería bailar conmigo. Crees que no me di cuenta, pero si.

Ni bien me servían de comer y tu fuiste el primero en decirme desde el otro lado de la mesa, alzando la voz sobre el retumbe de la música: "quieres bailar?" Claro que te dije que si, pero primero quería comer. Tu insististe y pude ver en tus ojos que de verdad necesitabas bailar conmigo antes que el otro chambelán. Y nos paramos a la pista.

No habían más de 8 o 10 personas en una pista de baile como para 50. La música era de José José, de esa que ponen mientras las personas comen. Ni tu ni yo sabíamos bailar eso (José José se baila??) pero tu habías tenido la idea. Torpemente nos metimos entre la poca gente. Tu mirando tus pies para no tropezarte. Yo sintiendome torpe, tonta y preguntándome si esto en verdad era tan importante para mi.

Me dijiste algo como: "que pena, nos estan viendo todos" y terminó la canción. Yo corrí a sentarme y tu detrás de mi toda la fiesta, cuidando que no se me acercara el otro. Fallaste, haha. Pero tu fuiste mi favorito. Nunca nadie ha sido tan tierno.

Después, de repente te pusiste de malas. Todos los días estabas mal, conmigo. Solo conmigo. Nunca entendí por que. Y poco a poco lo echamos a perder.

Sin embargo, siempre me he culpado por lo peor. Yo se que yo tuve la culpa. Y tu lo tienes muy en claro, por que hace ya 4 años que no nos hablamos.

Y lo siento, tanto. Cada vez que pienso en ti, cada que escucho tu canción favorita en la radio. Cada que entreno, cada vez que voy a un torneo. Cuando alguien habla de ti. Cada Marzo lo siento tanto. O será Marzo el que se burla de mi? Cada vez que escucho a José José...



Hoy andabas rondando cerca de mi. En un torneo tan grande, y tenías que pararte por ahí, dándome la espalda. Después de 3 años de no vernos, apareciste de la nada. El primer punzón fue escuchar decir que estabas ahí. El segundo golpe fue verte de lejos. El tercero fue tu seco y único "hola". La manera como lo dijiste y como me miraste... Me deshiciste.

Y yo que pensé que no habías sido la gran cosa. Siempre tuve en la mente a otros antes que a ti. Hoy me di cuenta de que si eras importante. Sigues siendo importante. Siempre serás el primero. El autor de mis mas grandes carcajadas, de los momentos más tiernos, de los peores dolores de cabeza. Ya vez como es eso del amor adolescente. Y si debo confesarlo para poder dormir tranquila: Si, te quiero. Aunque eso siempre lo has sabido.

sábado, junio 20, 2009

All the Young Dudes

Me gusta sentarme en las escaleras y ver las telarañas, aunque le tengo miedo a las arañas. Me gusta mirarme en el espejo y enseñarme la lengua, las tardes en la arena que se escurre como agua, y ver las nubes corriendo hacia el norte.

Me gusta manejar los domingos por el malecón y ver la linea enorme como el pulso del mundo que es el horizonte. Y el azul inmenso aplastándonos como tormenta. Me gusta como suena el ukelele aunque no me agrada la playa. Me gusta la sal del aire en mi cara, aunque no como salado.

Me gusta el invierno, mucho más que el verano. Comer helado sentada en el pasto y hablar de Gore y dinosaurios. Me gustan los nerds y más cuando se ponen nerviosos. Me gusta el aeropuerto y el ruido que hacen los zapatos contra el suelo, abrazar los árboles y bailar los viernes. Si, me gustan los viernes.

Es mejor cuando esta cubierto de mermelada de fresa. Me gustan las fresas. Y los cactus con flores de color rosa. Me gusta mirarme los pies y alborotarme el pelo. Ir al cine a comer palomitas y las Margaritas, como me gustan las Margaritas! Y acordarme de tiempos mejores, de Enero o Noviembre.

Me gusta verte parado en la ventana con tus ojos de película de antes, y escuchar tu música rara anque diga que es ruido de granjeros. Me gusta más cuando cierras los ojos. No hay algo que me guste más que eso.

Cuando la lluvia se calma y entonces llegas con tu andar de valiente. Me gusta eso, y me gusta el queso también. Me gusta esa canción extraña de la película de la niña embarazada, la que no dejo de tararear desde ese día en el cine. Me gustan las pláticas de ovnis y fantasmas y me gusta como abres mucho los ojos al hablar. Me fascina eso.

También me gusta tomarle fotos a los árboles grandes y raros que hay a orilla de carretera. Pero esa es otra historia.

lunes, junio 08, 2009

Del Amor, el Cólera y la Noche.

Vuelve reirte. Anda, con todos tus dientes. Como lo haces siempre que te digo que te quiero. Riete con tu carcajada que ladras hacia afuera como si doliera. Entrecierra los ojos otra vez y arquea las cejas. Inclina la cabeza. Doblate de vergüenza, no dejes que te vean reir así.

Dedicame tu mirada de aguacero, esa que me moja hasta los huesos. Dime una vez más que no escuchaste que te quiero. Y vuelvete a reir. Siempre lo mismo, siempre igual. Volteate y dejame verte la nuca llena de mentiras y tu cabello negro enredado con verdades. Estira los brazos hacia delante y cierra la puerta. Pero no apagues la luz. No, no quiero volver a perderte de vista.

Rodea la habitación con tus zancadas gigantes. Que tu andar alargado no se pierda en la pared. Canturrea ese himno de la noche que suena a pinos y a inviernos de Francia. Baja la mirada como la bajas cuando ya no puedes más e infla el pecho orgulloso. Levanta la barbilla y sientete superior a todos. Y mirame desde lo alto como a las estrellas y a las nubes de verano.

Vuelve a difuminarte como carbón entre mis dedos y dibujate de nuevo sobre el piso, desbordate como el oceano sobre el cielo congelado y riete. Riete y riete como antes.

Conviertete en el viento que viaja desde el norte y regresa un día de estos. Vuelve. Sal por esa puerta con aires de dictador, de cazador, de viajero. Pero regresa. No mañana. Pero algún día, con la sinfonía del violín de Florentino Ariza, con la brisa que sopla por el cementerio hasta la ventana de la fuente.

Vuelve a tu hogar. A tu banca en el parque de las estatuas oxidadas. Vuelve a tu libro de versos y a tu hamaca deshilachada. Vuelve a tus calles de piedra y a tus tardes de coro. Vuelve a tus cartas perfumadas y a tus "Te Quiero" embarazosos. O vuelve a donde tu quieras, con tus "Te Quieros" o sin ellos, pero vuelve, no me importa como lo quieras.

sábado, junio 06, 2009

Je Suis Malade

Si, enferma.



Et il fait beau aujourd'hui.

martes, junio 02, 2009

Very True (Bitchy) Love

I'm in love with this crazy, biopolar bitch called Twitter.

De verdad, y se que sonará triste y estúpido, pero amo esta tontería. Adoro las endorfinas de mis followers incrementando. Esa gente encantadora que encuentra mis imbéciles vanalidades divertidas. Me encanta que todos lean lo que hago, por más diminuto que sea (huh?).

Incluso lo amo cuando se satura y se pone caprichoso y no me deja tweetear más pues sobrepasé mi limite de tweets aceptados. Estoy obsesionada con Twitterrific a pesar de que es una perra insufrible que me limita y no me deja ver a mis followers como me lo permite Twitterfon (suspiro*).

Me encanta despertar en las mañanas, encender el Ipod y escuchar la dulce melodía que emite el pajarito ese azul encerrado dentro de mi reproductor, y refrescar la pantalla y encontrarme con todo lo que mis amigos han escrito mientras yo dormía.

Siento una felicidad increible cuando me quejo de la vida en tres idiomas distintos, cuando pido que alguien apague el sol, o que me alimenten, o escribo cartas de queja a corporaciones internacionales.

Y la adrenalina, ooooh! la adrenalina de saber que hay gente aya afuera que, por algún extraño, enfermo y estúpido motivo, encuetra interesantes mis aburridos y vanales tweets. Que alguien en este mundo, me sigue... Es como ser acosada... Get the trhills now?

Yo sé, estoy conciente, de que esta relación me esta consumiendo. Que es solo dar y nada de recibir, pero no puedo parar. Es adictivo. Con todo y sus fallos técnicos y estúpidos limites de 100 tweets por hora por usuario. Pero lo amo y no podría vivir sin él.


tema sugerido por @cosmo182. thanks man!

miércoles, mayo 27, 2009

Stupid is as Stupid Does

Este es el último post que escribo sobre ti. I swear.


Me desperté temprano en la mañana. Cuatro y media. Apagué el aire acondicionado y encendí la televisión en ese molesto canal de música. Mientras zoneambulaba por la habitación a oscuras, tarareaba una canción de esas que se tararean en las mañanas felices. Yo nunca fui una morning person.

Entré en un transe de media hora, me bañé y me arreglé para ir a clases. Bajé por mi calle la media cuadra de siempre y me paré en la esquina a esperar que los carros me dejaran pasar. Crucé la calle, con los audifonos puestos, escuchando una canción de esas que se escuchan cuando se intenta sentirse indie y relajado. Caminé la cuadra que me faltaba hasta la otra esquina, cuando te vi.

Parado contraesquina, viendome directamente. Y fue entonces cuando supe que era un sueño. Hablaste y tu voz resonó clara en mi cabeza, a pesar del solo de cinco minutos de piano que los de Sigur Ros se avientan algunas veces que venía escuchando a todo volumen.

La segunda señal de que era un sueño, fue cuando en vez de ignorarte o irme de ahí, te sonreí y crucé la calle hacia ti. Pero no se sentía mal, dentro del sueño, era lo correcto. Lo más lógico de hacer. Cerré los ojos, concentrándome para que nada en el sueño cambiara. Me apretaste contra tu pecho y de repente ya no me podía mover.

La alarma sonó. Estaba enredada en las sábanas peor que si una boa constrictora me hubiera atrapado. Me senté del lado de siempre de la cama y puse los pies sobre el piso helado para darme cuenta de que ya había despertado.

-Subconciente idiota - pensé y me aliste para salir.

martes, mayo 19, 2009

Elle A les Yeux Grands

Mientras veía la mejor película del mundo (y probablemente mi nueva favorita), yo no podía dejar de pensar: Dios, tiene los ojos grandes! Y riendo con una felicidad tan inmensa que tenía mucho tiempo no sentía, dejé que la chica de los ojos grandes y el joven de los ojos tristes me enamoraran. Sentí amor sin siquiera estarlo. Sentada en la clase e francés de esta tarde, entre un montón de gente inepta que probablemente no entendieron nada de la belleza de la película, sonreí como estúpida y aún sigo sin dejar de hacerlo.

En mi mente hay dos cosas justo ahora: Nino Quincampoix y "Que ojotes tiene Audrey Tautou!"


"Sans toi, le bonheur d'ajourd'hui est la crasse d'hier"

jueves, mayo 14, 2009

No Tengo Voz Para Decirlo..

...Por eso vengo y te lo escribo.


Soy transparente.
Me puedes oler muy bien.
Desde que me presento,
No tengo que hablar para darme a entender.
Mis ojos te lo dicen todo.
Mi boca arrulla lo que pienso.
Sabrás que es lo que siento,
Con sólo tocar mi piel.
No muerdo, ni acaricio.
Sólo hiberno todo el tiempo,
En mi jaula de almohadas,
Dónde nadie sabe la verdad.

No tengo voz para decirlo,
Por eso vengo y te lo escribo.
He deshonrado a mis principios.

Nunca he tenido la furia de un león.
Siempre tomando el camino corto,
Como él me enseñó.
Bestia.Hello Seahorse

martes, mayo 12, 2009

Le Monde Est Déjà Mort

Cerrado, uno de los mejores bloggers que conosco (y no lo digo por que sea mi amigo) me preguntó hoy por Twitter que significa para mi ser blogger. Lo pensé por un rato y después le mandé tres tweets intentando explicar con menos de 150 letras algo tan complicado.

Nunca lo había pensado. Y ahora que lo hago, no me alcanza la noche para expresarlo. Lo primero que subí, fue un borrador que tenía escrito en una libreta vieja por ahí. Siempre he sido una persona con mucho que decir. No me puedo quedar callada y siempre encuentro la manera de hacer que la gente me escuche. Supongo que así nací, por que desde que tengo memoria, las personas me dicen "la niña ruidosa/dibujante/musical/(aquí un adjetivo de ese tipo)".

Hay quienes me preguntan que si no me molesta que la gente lea lo que escribo, que se enteren de mis cosas. La verdad es que no. Así como me leen aquí es como soy. Y la gente solo se entera hasta donde yo les permito.

El mundo afuera está muerto, junto con todos sus pobladores. Y este es como mi mundo extra donde yo mando, yo decido, yo digo quien si y quien no. Quienes lo encuentran lo toman como suyo, y pueden reirse, ya sea de mi o conmigo, pero al final del día, me escuchan (o me leen,más bien) , y de eso se trata. Yo necesito eso. Este blog es mi delgada línea roja. La muy, muy delgada línea entre la realidad y terminar en prisión o en el manicomnio.

No me importa si le gusta a la gente o no, o si me consideran Blogstar. Yo misma idolatro a gente con ese título y que son insensibles patanes o antisociales. Tengo lectores, pocos. Pero esos pocos son la razón por la cual ya llevo un año escribiendo aquí. Ellos, y mi cordura. De no ser por este pedazo de Internet que se me concedió, probablemente estaría volviéndome loca en estos momentos.

El tener un blog no es querer ser famoso, o querer llamar la atención. Es expresión, la más grande de ellas y se siente bien respirar sin cargar en los hombros algo que se puede disolver en letras y palabras.

Qué es para mi ser blogger? Fama? Para nada. Atención? Lo dudo muucho. Satisfacción personal, quizá. Desarrollar mis habilidades, si. Pero sobre todo, es mi personal manera de decirle al mundo: "Vales Madres!"

I Love You From the Cheeks to the Nose to the Foot You Tap on the Floor

A continuación, un trivial suceso, como los otros que he narrado y narraré, sobre nuestras aburridas vidas. El aburrimiento de hoy ocurrió durante años mejores que estos, en una tarde típica en la universidad. Nunca le presté mucha atención a lo que Lietza me decía, hasta ese día.







Salí acalorada del edificio de idiomas. Para ser una tarde nublada, como las típicas tardes en la ciudad, hacía demasiado calor. Al pasar a toda prisa frente a una ventana, pude ver mi rostro enrojecido por el bochorno. Me pasé la mano para ver si así se quitaba un poco. Solo lo empeoré. Ya me habían dicho antes que las mejillas se me enrojecían con el frío o el calor. Osea, casi siempre estaban de un color rosa mexicano.


Me apresuré dentro de la biblioteca para escapar del calor y ver si así se me bajaba un poco el color. Refunfuñando quien-sabe-que-cosas me interné entre los estantes repletos de libros desde el piso hasta el techo y me paré justo debajo de una salida del aire acondicionado. Cerré los ojos y dejé que el aire me arrullara. Pronto iría a encontrar algún lugarcito afuera en el pasto y me quedaría dormida un rato. Primero aprovecharía para buscar unos libros que necesitaba.


Abri los ojos y busqué mis libros en menos de diez minutos. Me disponía a la huida cuando lo vi.

Sentadito como en la foto de un alumno prodigio. Usaba lentes de pasta negra gruesa, un poco más que los mios. El cabello alborotado y café claro. No separaba la mirada del libro que estaba leyendo. Era tan grueso como un diccionario enciclopédico, pero parecía fascinado por como sus ojos brillaban mientras recorrían hambrientos las líneas del texto. Ya me podía imaginar el tamaño diminuto de la letra y la miopía o atismatismo que esto le causaría.


-Qué nerdazo! - me dije a mi misma y salí sin más del edificio.


Unas semanas después, de vuelta a la biblioteca huyendo del calor como siempre, lo volví a ver. Los mismos lentes, el mismo cabello desaliñado, y si me hubiera fijado mejor la primera vez juraría que traía la misma ropa. No sé. Me dediqué a lo mio, de nuevo aproveché para buscar libros que necesitaba. Mientras la mujer de la entrada registraba los titulos, le eché una mirada rápida, solo para ver si el ente se movía en señal de que aún respiraba. Por una fracción de segundo me pareció que no respiraba, pero después movió torpemente una mano para cambiar la página de su enorme libro. Esta vez era uno más grande y lo leía con igual entusiasmo.


-Qué flojera! - salí corriendo pues ya me esperaban afuera para ir a no se donde a embrutecernos.


Siete días después, recién me habían encargado un trabajo y no podía esperar. La fecha límite era hasta dentro de dos meses, y nisiquiera era algo grande, pero últimamente me sentía muy responsable y hacía mis tareas por adelantado. Era medio día, la universidad estaba casi vacía. Además era viernes. Todos debían estar en casa, o en alguna clase, muchos ya estarían perdidos en alcohol a estas horas. Pero no, yo ahí estaba, en un bonito incio de fin de semana, dentro de una biblioteca. Sentí que me merecía un premio.


Entré, busqué mis libros y me senté en una mesita sin levantar la vista. Yo había ido ahí a trabajar y eso haría. Al parecer estaba desierto, nadie en su sano juicio iría a ese lugar en viernes. Buena cosa que yo ya había perdido el juicio hacía muchos años.


Levanté la cara solo para ver si alguien más compartía mi locura. Vacio. Rei para mi misma. Regresé la mirada a mi mesa y de nuevo, como me juré a mi misma, levanté los ojos por alguien por la última vez.

Entró, con su andar ligero que a cualquier otro le hubiera parecido encorvado y guandajo. Esa actitud relajada que se reflejaba desde como agachaba los hombros hasta la manera en que caminaba de forma automática hasta la estantería donde lo esperaba su libro de siempre. Se sentó en la misma mesa de hacía una semana, y hacía un mes, y hacía dos. Recargó todo su peso sobre un codo y apoyó su rostro cansado sobre esa mano mientras con la otra tocaba la portada del libro como si se tratara de una flor muy exquisita y delicada. Y entonces, como nunca antes en mi vida, deseé ser rosa, o violeta, o camelia.

Hojeó hasta encontrar la página amarillenta que ya había marcado hábilmente con un hilo rojo (arrancado de su camisa, supuse enseguida) y posó toda su atención sobre las letras y palabras. Por segunda vez en el día, deseé ser algo más. Me quedé mirándolo for the longest time, tanto que casi sentí que my eyes popped out.

Las horas pasaron así, y yo no podía superar la manera en que se acomodaba los lentes empujándolos hacia arriba con el dedo índice. O como arrugaba la nariz mientras leía (supuse que eran partes desagradables o aburridas o que simplemente no eran de su agrado), y entonces sentí la urgencia de saber que era lo que le gustaba o interesaba, que le causaba gracia, que lo hacía enojar. Obviamente me olvidé por completo del trabajo. Tanto, que faltando dos días para entregarlo decidí hacerlo en mi casa para evitarme distracciones.

Después de ese viernes la biblioteca era mi refugio. Ahí me escondía, si hacía calor, que bien. Si hacía frío, llevaba un sueter. Todos los demás pensaron que se trataba de un intento por mejorar calificaciones, y aunque no me iba nada mal, nadie notó mejora alguna en mis notas. Pronto comensaron a aburrirse de mis idas a ese edificio tan desconocido y místico para ellos. Pero no me importaba, yo solo quería saber del chico callado y pensativo de la tercera mesa, de derecha a izquierda.

Solía sentarme tres o cuatro mesas más atrás, lo suficientemente cerca para verle la cara, pero lo suficientemente lejos para que no se diera cuenta de que lo observaba. Llegué a sentirme como una acosadora, pero era imposible evitarlo.

Con el tiempo descubrí que el libro que tanto tiempo llevaba leyendo era una recopilación de literatura inglesa. Días después encontré el primer libro con el que lo vi, historia mundial. Un día, Martes, entró con audifonos. Por los leves movimientos de sus pies bajo la mesa y sus manos golpeteando suavemente sobre el libro, llegué a la conclusión de que escuchaba música que involucraba a un baterista. Quizá Rock, Jazz o Blues. Tuve el impulso de pararme e ir a hablar con el de bandas, pero me contuve.

Continué así el resto del semestre. Me perdí tanto que algunas personas con las que acostumbraba salir a parrandear dejaron de buscarme. Incluso terminé por cortar con mi novio. Pero claro, eso era más que obvio que pasaría. Y me quité un gran peso de encima. Pero con esa descarga, llegó una pesadez mayor. El chico simplemente no parecía notarme. Siempre ahí, sentado, leyendo, acomodándose los lentes, alborotándose el pelo con la mano. Casi inmovil, como sin respirar.

Me sentí una inútil, una estúpida... Pero lo pensé y decidí que no me importaba. Ultimamente el era mi desayuno, comida, y cena, hasta que él dejara la biblioteca y yo unos metros detrás de él. Llegó Diciembre. Era mi última oportunidad de verlo antes de irme a casa para vacaciones. Tenía demasiadas ganas de ver a Lietza, Mago, Felipe y Rafa. Pero una parte de mi, la más fuerte, quería quedarse colgada de la espalda de "mi nerd", como lo bauticé, aunque ya sabía que su nombre era Andrés.

Entré a la biblioteca, y no lo ví ahí. Me fui sintiendo una presión horrible en el pecho, sin esperar unos minutos a ver si llegaba. Sería la peor Navidad de todas, lo sabía.




Regresé a la Universidad. Había sido una buena Navidad. Buena comida, buena gente, buenos regalos, risas, abrazos. Casi de manera conciente había dejado a un lado al nerd. Pero en mi inconciente, estaba tan presente como el primer día.

Después de las clases de la mañana, mis pies me llevaron automáticamente a la biblioteca. Sin saber muy bien que hacía ahí, encontré una mesa y me senté. Escuchando música con mi reproductor, los sonidos del exterior eran casi mudos. Solo escuchaba la música y mi propia respiración. No tenía tareas ni examenes. Solo estaba ahí por que ahí había pensado en ir. La lista de reproducción aleatoria puso una canción que en ese entonces (y aún hoy en día) me encantaba. Me puse a tararearla en voz baja, conciente del lugar en donde me encontraba.

Unos dedos sobre mi hombro me sobresaltaron y me quité los audifonos. Levanté la cara y lo vi, frente a mi. Con todo y su cabello y sus lentes y su nariz que se arrugaba.

- Estás en mi silla.

Que debía decir!? Tenía la voz grave pero clara, profunda pero suave, y sus ojos eran de color miel, como la miel que saboreaba en mi boca en ese instante... CONCENTRATE! Me dije (grité) a mi misma.

- Lo... siento? - pero si no era SU silla! - Pero esta no es TU silla...

- Lo sé, pero es mi lugar. Creí que estaba claro.

- ...Además no tiene tu nombre en ningún... Claro? Que estaba claro?

- Pues que yo vengo aquí, todos los días de Lunes a Viernes, de 4 a 6pm, a leer mi literatura, y que tu vienes todos los días de Lunes a Viernes de 4 a 6pm y te sientas ayá - señaló la mesa que había soportado mi peso por casi cuatro meses - y te pones a leer, a escribir, o simplemente a mirarme.

... Y yo que pensaba que era una buena espía. Me quedé sin palabras (cosa casi tan rara como un eclipse solar), y solo se me ocurrió decir:

- Me gustan tus lentes - mientras sacaba los mios de su estuche y me los ponía para que viera que eran prácticamente iguales.

Se rio con un ruido profundo, como un "Hum Hum Hum" y se sentó frente a mi, del otro lado de la mesa. Tomó mi reproductor y comenzó a urgarlo. Yo no me sentí invadida ni ofendida, solo me limité a observarlo. Asintía de vez en cuando y se reía a veces. Una o dos veces arrugó la nariz y una sola vez se acomodó los entes que se resbalaban sobre su perfil largo y recto.

Hablamos y al final, los dos miramos el reloj colgado en la pared. Las 7:30pm. Se volvió a reir con sus Hums Hums y me dijo muy seguro:

- Nos vemos mañana - se fue con su andar enconrvado y me dejó sentada.

El nerdazo no tenía nada de nerd. Y lo demás, es historia.









Salí de la habitación con los ojos rojos por las ganas de llorar, pero mis pupilas estaban secas como piedra. Sin embargo, no podía dejar de sonreir. Me dejé caer sobre un bulto café, que supuse era un sofá, no me fijé bien. Cerrado era mi amigo, y ahora estaba muerto. Pero había hablado con él, y habíamos dicho todo.

De pronto la tristeza me golpeó. Todo el cansancio, todo el trabajo, la idea de no volver a reir los cinco juntos una vez al año en Central Park. Y en medio de mi tormenta, en la orilla vislumbré al faro, a mi puerto seguro.

Andrés puso su mano sobre mi espalda y me dijo al oido lo mismo que siempre me decía cuando sentía que me ahogaba.

En ese momento, di gracias a quien fuera que nos estuviera viendo ayá arriba (por que ahora gracias a Rafael sabía que si había alguien ayá), tomé de la mano a mi esposo y me uní a Mago, Lietza y Felipe en el velatorio. La vida había sido buena conmigo, y quería que siguiera siendo así.